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VIS A VIS. Pepe Castro

VIS A VIS. Pepe Castro
Centro Cultural La Asunción. Albacete
Organización: Diputación Provincial de Albacete
Comisario: José María Díaz-Maroto
Mayo, 2022

El retrato es uno de los géneros universales de la fotografía y, aunque las primeras imágenes que vieron la luz de mano de Daguerre eran paisajes, fue el retrato el que estableció y consolidó el nuevo proceder de captar imágenes de la realidad. El retrato fotográfico, aunque apoyado en el retrato pictórico, tuvo sobre éste el valor de su infinita reproducibilidad, la inmediatez de su presentación y una notable veracidad de lo que se entendía como «real”, aunque, al mismo tiempo, negaba el atributo de obra única que, hasta entonces, caracterizaba a las obras pictóricas y que las dotaba del prestigio que se derivaba de la autoría -mayor cuanto más grande fuese el prestigio del artista-, de la abundancia infinita del color, y de los nobles materiales con los que la obra estaba realizada – entre ellos el embellecimiento con suntuosos y elaborados marcos-.

Todo esto ponía en duda la capacidad de la fotografía para lograr crédito en la lucha y posicionarse como la manera dominante de representación, pero el paso del tiempo es inapelable, y a pesar de sus detractores y las reprobaciones descalificatorias, no tardó en producirse lo irremediable: el retrato fotográfico se convirtió, en pocos años, en la manera de representar con veracidad al ser humano. En el retrato pictórico la tarea del pintor no era únicamente reproducir de forma fiel la fisonomía, ya que en muchos casos el retratado, generalmente noble y siempre adinerado, además de ser el que encargaba su propio retrato exigía al artista que mostrase su mundo interior y su personalidad.

La obra de Pepe Castro desde hace tres décadas, cumple con magistral precisión los parámetros del retratista original, evitando parafernalias, atavíos o adornos banales, sin distorsiones antes, durante o después de la toma. Su elección se limita con frecuencia al rostro, buscando la fortaleza, dureza, severidad y sinceridad de la mirada, obteniendo vínculos profundos, mostrando el carácter de la persona de forma cautivadora. En sus obras todo importa, incluso los fondos, siempre neutros, ligeramente desenfocados para evitar la confusión y acentuar el protagonismo del sujeto, alcanzando la perfección fotográfica de soberbia calidad en su resultado. Ante la coherencia continua en el discurso de sus obras entendemos la contundencia del título de la exposición “Vis a vis. Pepe Castro”, que nos recuerda continuamente la pureza de las palabras de Henri Cartier-Bresson al definir el retrato…. «El verdadero retrato no pone énfasis ni en lo refinado ni en lo grotesco, sino que intenta reflejar la personalidad del retratado».

Nada es casual en sus obras, escuchar, comprender y convivir -cuando es posible- con los personajes retratados es primordial, a veces incluso más importante que la propia sesión fotográfica. Largas conversaciones, encuentros, dan lugar al conocimiento verdadero de lo que pretende captar, de la esencia vital de la mirada… cara a cara con políticos/as, deportistas, escritores/as, periodistas, humoristas, cantantes, actores, actrices, todos sus retratos marcados por alguna expresión externa palpable, pero con un sentido de identidad muy marcado por la profesión que profesan.

La entereza, tesón y fidelidad espiritual de Pepe Castro a lo largo de su dilatada carrera se ha desarrollado con una intensa y persistente sensibilidad, fiel a sus principios, sin variar un ápice sus pasiones creativas, capaz de trabajar con los mismos patrones desde hace décadas y consiguiendo generar lo que persigue: rostros naturales, sin aditivos como los que se pueden ver en la muestra “Vis a vis. Pepe Castro”, en la que nos encontramos con una ordenada selección de imágenes que relatan una dilatada carrera. Una exposición, estoica y serena en la que se confirma la pasión de Pepe Castro por la pintura renacentista, pudiéndosele atribuir el vocablo de Charles Baudelaire de “pintor de la vida moderna” , ya que fabrica y prepara las fuentes luminosas para obtener de ellas, calor, profundidad y enfoque extremo.

José María Díaz-Maroto


Belén Rueda