Otras culturas, otros lugares.
La historia
A principios del siglo XIX se produce uno de los inventos más revolucionarios de nuestra historia, el nacimiento de “la fotografía”. A través de investigaciones científicas se había conseguido la congelación de una imagen real en un papel emulsionado y esto, que en estos momentos nos parece que ha existido desde siempre, aún no ha cumplido doscientos años. Los inicios no fueron fáciles, ya que la captación de una realidad circunscripta en el tiempo como consecuencia de un elemento intangible como la luz que podía congelar un objeto perceptible por medio de la vista, producía entre los primeros espectadores el efecto de un acto milagroso.
La fotografía era capaz de convertir en realidad uno de los sueños más antiguos del ser humano pero la fuerza que tenían los movimientos pictóricos de la época cuestionaron y ningunearon desde el principio la simpleza y obviedad de un nuevo invento en todos los foros donde la presencia de la nueva imagen quería introducirse, a pesar de que la incipiente fotografía no representaba en sus comienzos ningún peligro para la pintura. Las limitaciones en cuanto a tamaños y la posibilidad de reproducirse solamente en blanco y negro, hacía que se mantuviese en un segundo plano. Por primera vez y sin necesidad de la palabra escrita o de imágenes pintadas se podía fijar el presente y reproducirse fielmente. Se lograba creer en el pasado, se podían conocer lugares lejanos sin tener que viajar, la ensoñación de territorios exóticos interpretados por la mano de un pintor ya no eran la única manera de conocer el mundo real.
A pesar de todo muchos artistas que intuían la existencia de un futuro peligro se sentían fascinados por el nacimiento de un medio de expresión artístico que terminaría con el florecimiento de un nuevo lenguaje, estimulando la aparición de diferentes formas de comunicación.
En las primeras décadas del siglo XX y en los núcleos de poder artístico, la fotografía empieza a conquistar autonomía debido al incipiente desarrollo de una estética propia. Estos primeros pasos de libertad hacen que comiencen las buenas relaciones con la pintura. Los pintores y -sobre todo- los fotógrafos reconocen que la utilización de esta forma visual es una nueva disciplina para hacer arte con mayúsculas. Pasa el tiempo y se produce el esperado diálogo, constituyendo uno de los episodios más esperados de la cultura visual de nuestro siglo, el reconocimiento de la fotografía como arte y además la anulación definitiva de la división entre las artes plásticas y la fotografía.
Esta introducción de la disciplina más joven en las artes plásticas nos lleva a definir una de las tendencias creativas más utilizadas desde el inicio la fotografía de viajes, el eterno anhelo del fotógrafo. El anhelado viaje, unido en muchas ocasiones a la aventura, hace que el fotógrafo busque con tesón sus fuentes de inspiración en territorios lejanos, encontrándose de lleno con nuevas culturas, nuevos paisajes y nuevos seres. Las obras que componen esta exposición corresponden a una minuciosa selección de las más de setecientas fotografías que componen hasta hoy La Colección Alcobendas.
Los autores
El resultado de esta muestra es algo más que una sucesión de imágenes bien ordenadas con criterios objetivos, dado que al hacer su composición hemos perseguido calidad, historia, reportaje cotidiano, humanidad y paisaje pero sin caer en lo exótico por exótico y en lo simplemente lejano por ser lejano. La muestra abarca un amplio espectro con diferentes formas de ver pero reunidas ante un mismo hilo conductor, donde la diversidad de propuestas y tratamientos finales de las imágenes nos ofrecen asociaciones estéticas diferentes.
Al recorrer la exposición y observar las fotografías de Ricky Dávila (trabajo titulado “Herederos de Chernóbil” realizado en Cuba en 1992), Fernando Herráez (obra perteneciente al trabajo “Línea de Playa” realizada en Oporto en 1978), Xurxo Lobato (fotografías pertenecientes a la serie “El color del sur”, tomadas en Kosovo en el año 2000), José Manuel Navia (imagen realizada en Cabo Verde en el 2000 componente del trabajo “Pisadas sonámbulas”) o Rafael Trobat (obra titulada “la taquilla de Shakira” y perteneciente al trabajo “Night Club), nos encontraremos con el mejor de los reportajes, obras llenas de sensibilidad sin resaltar el dramatismo o la miseria encontrada en cualquier rincón del mundo. Estas fotografías buscan relatos conmovedores hasta en sus mínimos detalles y aportan refinamiento y esplendor en su composición.
El intimismo, la vida familiar, lo personal, en definitiva aquello que se intuye pero que no somos capaces de ver en una primera lectura está representado de forma precisa en las trabajos de José Ramón Bas (Ndar es el título de la fotografía realizada en Senegal en 2009), Luis Asín (imagen realizada en Nueva York en 1992), Javier Campano (fotografía tomada en Buenos Aires en 1989), José Vicente Cubels (imágenes pertenecientes a la serie “Diario”, Escocia 1996), Juan Rodríguez (obra perteneciente al viaje realizado a la Patagonia en 2003) y Manuel Sonseca (fotografías emblemáticas del proyecto “Viaje a Poniente” realizado Portugal en los años noventa).
En estos momentos una de las grandes preocupaciones del ser humano es la actitud que debe adoptar con su entorno más próximo, las preocupaciones deben dirigirse al cuidado de la naturaleza, la ecología y la sostenibilidad intentando que nuestra tierra no se deteriore aún más, esto ha suscitado una nueva motivación creativa entre el colectivo de fotógrafos y como muestra de ello podríamos incluir las trabajos de Luis Baylón (los arrabales de Fez (Marruecos) son el escenario de esta serie realizada en 1992), Juan Manuel Castro Prieto (inédita estampa de Venecia realizada en 1998), José María Mellado (“El eterno retorno” es el título de la serie a la que pertenece la imagen “Balsero” realizada en Cuba en 2008) Eduardo Nave (imagen perteneciente a la serie “Normandía Les rivages du débarquement” terminada en 2004. Margarita González (China es el escenario de este trabajo realizado en 1997) y Félix Curto (Serie “Huellas”, imagen tomada en el desierto de Atacama en 2005)
La mejor expresión para poder identificar la fotografía de viajes la encontramos en el momento en el que los personajes fotografiados además de ser diferentes en sus rasgos corporales, están en su ubicación natural, definiendo esta forma de trabajar como “retratos ambientados”. En esta muestra tan diversa los ejemplos son magníficos y están representados por Juan Manuel Díaz Burgos (Proyecto fotográfico titulado “Raíz de sueños”, la imagen representa una descanso en la dura recogida del arroz en la República Dominicana), Toni Catany (retrato enigmático realizado con la técnica de Polaroid trasportado), Isabel Muñoz (serie “Oriental” imágenes realizadas por el antiguo procedimiento de la platinotipia) y Fernando Maquieira (fotografía perteneciente al proyecto Fe).
Pero el propio viaje también es una forma de expresión y fuente de inspiración interminable, a lo largo de la historia de la fotografía el camino, el propio viaje ha propiciado algunos de los mejores trabajos editoriales como ejemplo “los americanos” de Robert Frank (Zúrich, Suiza 1924) que sigue siendo para las nuevas generaciones de fotógrafos documentales el libro de cabecera. En esta exposición es evidente esta manera de trabajar y el mejor ejemplo son las fotografías de Álvaro Felgueroso (serie “El periodo especial”, la isla de Cuba es el escenario de su trabajo), Alicia Estefanía (fotomontajes de las ciudades más cosmopolitas de la tierra) y Ángel Sanz (un viaje al interior del estado de California y más concretamente el desierto del Mojave, fue la ruta elegida para este trabajo).
La Colección Alcobendas
La exposición “Otras culturas, otros lugares” se ha realizado con imágenes tomadas fuera de nuestras fronteras por autores españoles, todas ellas pertenecientes a los fondos de La Colección Alcobendas. Para conocer con precisión la historia de esta colección debemos situarnos en el año 1992, donde con una voluntad política fuera de lo común, la ciudad de Alcobendas apuesta de forma directa por la fotografía como disciplina creativa emergente, aprobando el inicio de una colección de fotografía, en la cual tuvieran cabida obras de los más importantes autores españoles contemporáneos. Para hacer realidad este ilusionante proyecto se creó una comisión de compra formada por Luis Revenga, Josep Vicent Monzó y Manuel Sonseca, iniciándose con una base estructural formada por los grandes maestros (Francesc Català-Roca, Gabriel Cualladó, Ramón Masats y Carlos Pérez-Siquier) que vivieron su esplendor creativo en los años cincuenta y han servido de alimento espiritual para muchos de los autores presentes en la misma. Sin dejar a un lado nuestra reciente historia se incorporan obras de última generación, con nuevas tendencias creativas, nuevos soportes y actitudes provocadoras, aludiendo y siguiendo las consignas del subtítulo de la colección, “Géneros y tendencias”.
Durante varios años se siguió haciendo una intensa labor de investigación y fueron incorporándose autores de distintas generaciones (Jorge Ribalta, Cristina García Rodero, Chema Madoz, Oscar Óscar Molina, África Guzmán, Luis Asín,) y propuestas muy dispares (Daniel Canogar, Pablo Genovés, Isabel Flores, Javier Esteban, etc.…), consiguiendo que tomara cuerpo y peso especifico en el panorama del coleccionismo actual. Entre tanto, la colección viajó a Museos e instituciones públicas llevando con mayúsculas la creación fotográfica contemporánea española. Tras un parón de dos años, comienzan a llegar nuevas obras a la colección, en esta ocasión de la mano de Fernando Castro Flórez como asesor y comisario de la exposición “Otras formas de paisaje” que incorpora cuarenta y ocho nuevas obras de los autores más activos de nuestro panorama, como Bleda y Rosa, Félix Curto, Joan Fontcuberta, Dionisio González, Juan de Sande, Jesús Sierra, Ángel Marcos y Javier Vallhonrat, entre otros.
En la primavera del año dos mil siete, con la elección de Ignacio García de Vinuesa como Alcalde de Alcobendas, llega un renovado y esperanzador cambio político que no solamente afianza el camino hecho, sino que con la celebración del décimo quinto aniversario del nacimiento de la colección, se realizan ocho exposiciones en diferentes sedes de la ciudad, colocando a la Colección en el lugar que le corresponde, se aumenta la dotación presupuestaria para futuras adquisiciones y se permite de esta manera completar movimientos y géneros, al mismo tiempo se programaron nuevas actividades paralelas con una relación directa con la creación y se integran por primera vez importantes novedades de carácter internacional, como la creación del Premio Internacional de Fotografía Ciudad de Alcobendas. Para llevar a cabo este ambicioso proyecto me incorporo al equipo de trabajo a principios del año 2008 con la intención de dar continuidad a las actividades anteriores y conducir los nuevos objetivos. Todo este ilusionante propósito se alimenta y se gesta en torno a La Colección Alcobendas pero con la firmeza de buscar aires nuevos. En la actualidad el discurso razonado de la colección tiene unos parámetros muy definidos, asentados en la búsqueda de los fotógrafos más representativos de las distintas tendencias que conforma el panorama nacional. El documentalismo, la sociedad, la naturaleza y el paisaje conviven en armonía con la abstracción, el universo personal o la arquitectura, sin dejar a un lado las últimas tendencias como la experimentación, el culto al cuerpo o la provocación. Su creación marcó un sereno y duradero camino por la apuesta cultural de la fotografía y entre sus objetivos fundacionales siempre se ha perseguido el crecimiento, la conservación y -sobre todo- la difusión cultural de sus fondos, permitiendo casos como el que nos ocupa en esta nueva muestra donde otras culturas y otros lugares son el motor creativo de la selección.
José María Díaz-Maroto
Conservador y Comisario de La Colección Alcobendas